El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará este viernes por la tarde una controvertida ley de gastos que marcará su agenda política en el segundo mandato. El acto oficial coincidirá con los festejos del Día de la Independencia.

La ceremonia está programada para las 16:00 (hora de Washington) en la Casa Blanca y servirá como plataforma simbólica para presentar el megaproyecto de 4,5 billones de dólares como un hito de su gestión.

La ley, bautizada por el propio mandatario como “grande y hermosa”, fue aprobada por un estrecho margen en la Cámara de Representantes. El proyecto recibió 218 votos a favor y 214 en contra, tras arduas negociaciones con sectores críticos del Partido Republicano.

Entre las medidas centrales, la legislación contempla nuevos recortes impositivos, incremento del gasto militar y reforzamiento del control migratorio. En contrapartida, reduce significativamente el presupuesto para programas sociales como Medicaid y asistencia alimentaria.

El impacto fiscal ha sido una de las principales preocupaciones. Expertos estiman que la ley sumará al menos 3,3 billones de dólares a la deuda nacional. Varios legisladores republicanos manifestaron sus reparos, aunque finalmente respaldaron el paquete.

Desde la oposición, los líderes demócratas calificaron la jornada como “un día oscuro” para el país. Denunciaron que la normativa beneficia a las grandes fortunas y debilita la red de protección social de millones de estadounidenses de clase media y baja.

Trump inició una gira de celebraciones denominada “America250”, con actos públicos como el del jueves en Iowa. Allí, afirmó que la nueva legislación convertirá a Estados Unidos en la economía más fuerte del mundo y garantizará la seguridad nacional.

Las encuestas reflejan una opinión pública dividida y, en muchos casos, contraria a la ley. Analistas prevén que este tema será central en las campañas hacia las elecciones legislativas de medio término, donde demócratas y republicanos medirán fuerzas.

El mandatario republicano se enfrenta ahora al desafío de justificar un proyecto impopular, mientras impulsa su narrativa de transformación económica y liderazgo militar, en un escenario de fuerte polarización política en Estados Unidos.

Fuente: Clarín