El ingeniero de la ANDE que acompañó el procedimiento dijo que en el sitio no se hallaron evidencias de cercados eléctricos u otras conexiones que hayan podido electrocutar a los sujetos. Asimismo, aseguró que tampoco había rastros de que la escena se haya manipulado.
El único cable que encontró y podría haber causado la muerte de los jóvenes está conectado a un motorcito de agua que está en un pozo, pero llamativamente los cuerpos estaban lejos de ese sitio, y descartaron totalmente ese punto.
Definitivamente, no se pudo determinar nada durante el procedimiento, pero lo cierto y concreto es que el Ministerio Público aún tendrá bastante trabajo para llegar a lo que realmente ocurrió, y determinar la responsabilidad del dueño de la propiedad, Obdulio Galván Morel, quien sostiene que encontró los cuerpos arrojados en el medio de su chacra.
ENTRARON PARA ROBAR
Las víctimas, identificadas como Alejandro Rodrigo Domínguez Florentín, de 21 años, con antecedentes por hurto agravado, y Agustín Lugo Bustamante, de 18, habrían ingresado a la propiedad ajena para robar mandioca y maíz, según los datos. Sin embargo, de manera inexplicable murieron electrocutados al tomar contacto con algún cable o alambre con conexión eléctrica que hasta el momento no fue encontrado.
HOMICIDIO
El fiscal Alcides Giménez y el equipo de trabajo que investiga el caso sospechan de que el dueño de la propiedad electrificó su terreno para resguardar su plantación con la intención de espantar a los rateros ante los constantes robos, sin embargo, aparentemente las cosas salieron del control y la descarga que tendría que servir apenas para ahuyentar a los amigos de lo ajeno, terminó matando a dos jóvenes, vecinos del lugar.
La Policía presume que al encontrar los cuerpos tendidos en su propiedad, Galván Morel, primero habría desinstalado todos los cables y conexiones, para luego comunicar el hecho a las autoridades.