La marca de abril supera de lejos a la de marzo (66.573 muertos), y refleja la virulencia de la segunda ola de esta enfermedad que ya dejó 403.781 muertos.
La curva de contagios y muertes mostró últimamente señales de estabilidad: el promedio de decesos es de 2.481 en los últimos siete días, después de haber superado los 3.000 hace dos semanas. No obstante, la meseta sigue en niveles muy elevados.
En números absolutos, Brasil es el segundo país con más muertos por coronavirus, detrás de Estados Unidos (más de 575.000).
En números relativos, el país sudamericano, de 212 millones de habitantes, es el que más muertos registra en el continente (192 cada 100.000 habitantes) y superó esta semana a Reino Unido (188/100.000), aunque permanece por debajo de Italia (200), Bélgica (209) y varios países del este europeo.
Los especialistas atribuyen este escenario a una combinación de factores, como la flexibilización del aislamiento social durante las fiestas de fin de año y el verano, las nuevas variantes más contagiosas, la demora para asegurarse suficientes vacunas y la falta de una coordinación nacional con un mensaje unificado de combate al virus.
La ocupación de las camas de cuidados de intensivos en los hospitales ha dado leves señales de mejora, pero continúa en niveles críticos (por encima de 80%) en la mayoría de los estados brasileños, según el último boletín de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
Y la campaña de vacunación ha llegado hasta ahora al 13% de la población con la primera dosis (28,7 millones de personas) y 6% con la segunda (13,3 millones de brasileños).
El Ministerio de Salud asegura que para fines de 2021 contará con dosis suficientes para vacunar a toda la población.
FUENTE: Con información de AFP
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