La caída del cabello luego del parto es una condición frecuente entre las mujeres y tiene una causa hormonal. Durante el embarazo, los niveles elevados de estrógeno prolongan la fase de crecimiento del cabello, lo que da como resultado una melena más abundante. Sin embargo, tras el nacimiento del bebé, los niveles hormonales descienden y se produce una alteración temporal en el ciclo capilar.
Este fenómeno se conoce como efluvio telógeno posparto y suele aparecer entre el primer y cuarto mes después del parto. En la mayoría de los casos, la caída se extiende por un periodo de tres a seis meses, aunque puede prolongarse hasta un año. La intensidad varía en cada mujer: mientras algunas notan una caída masiva, en otras es apenas perceptible.
Uno de los factores clave para fortalecer el cabello es mantener una alimentación rica en nutrientes esenciales. Es recomendable incluir alimentos con vitamina B, como avena, soja, pescados y palta, además de ácidos grasos omega 3 presentes en nueces, chía y aceite de lino. Minerales como el zinc y el calcio también son fundamentales para la salud capilar y general, tanto para la madre como para el bebé si está en periodo de lactancia.
Una dieta balanceada contribuye a reactivar el crecimiento del cabello y mejorar su textura. Si bien los suplementos pueden ser útiles, deben ser indicados por un profesional de salud para evitar excesos innecesarios.
El uso de shampoo adecuado es fundamental. Se recomienda optar por fórmulas suaves, preferentemente diseñadas para prevenir la caída, y aplicarlo con un suave masaje circular que active la circulación del cuero cabelludo. El enjuague debe hacerse con agua templada, y se sugiere terminar con agua fría para dar brillo.
Las mascarillas naturales enriquecidas con aceites esenciales también aportan nutrición, formando una capa protectora que reduce la sequedad y fortalece el folículo capilar. Estas ayudan a mantener la hidratación y a prevenir la rotura.
El cabello mojado es especialmente frágil, por lo que al secarlo debe evitarse frotarlo con fuerza. Es preferible presionar con una toalla de forma suave. Si se utiliza secador, debe mantenerse en temperatura media, evitando planchas o rizadores. Los peinados tensos como colas o trenzas apretadas pueden agravar la caída, por lo que se recomienda llevar el pelo suelto o recogido de manera suelta.
El cepillado también debe ser cuidadoso, usando cepillos de cerdas suaves para no forzar los mechones. Estas prácticas, sumadas a una rutina capilar equilibrada, pueden hacer una diferencia notable en pocas semanas.
Fuente: Pronto.ar
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