“Los censos se realizan cada 10 años porque los cambios demográficos alteran la estructura básica de la población. Estos datos deben ser ajustados para hacer frente a los desafíos. Existe un crédito pre aprobado con el Banco Interamericano de Desarrollo. Ya van dos postergaciones con el dictamen positivo de las comisiones y varios senadores y senadoras nos acompañan en el proyecto pero a la hora de tratar en el pleno, se posterga”, explicó.
Añadió que “estamos entrando en una zona de riesgo porque en octubre ya teníamos que haber iniciado la tarea. Un censo es la mayor movilización de un país en tiempo de paz. (…) Esto hoy esté en riesgo, estamos atrasados en este proceso; si logramos la aprobación de las dos cámaras dentro del 2021 todavía creemos que es viable realizar. También corremos el riesgo de interrumpir una serie histórica de 72 años”.
“Hablar del censo es hablar de los cimientos mínimos del sistema democrático. Mucho más crítico porque estamos saliendo de la pandemia. Solamente el censo nos va a contar cuánto nos afectó. Estamos en una reorganización de la familia paraguaya”, comentó Ojeda.
El director manifestó que el préstamo, al que calificó como una inversión, es de 43 millones de dólares a ser ejecutados en un proceso de 5 años que tiene que ver con cada una de las etapas que desarrolla el censo. “Es el 0,3% del Presupuesto General de la Nación; sin embargo, todas las políticas, planes del Estado paraguayo, deberían estar enfocados en mejorar la calidad de vida de los habitantes y cómo vamos a ser eficientes en el gasto público si no sabemos cuántos somos”, concluyó.
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