El monto del perjuicio causado por el mercado ilegal es astronómico. Solo en el 2022 fueron 8,3 billones de reales de evasión impositiva. El mercado ilegal no paga impuestos, sumando en 11 años una evasión estimada de 94 billones de reales. El cigarrillo de contrabando actualmente cuesta 50% menos, pero la diferencia llegó a superar el 100% en el año 2019. “La propia estabilidad del sistema tributario contribuyó para la reducción del mercado ilegal, que aún está en niveles críticos. Por eso es muy importante un sistema fiscal y tributario que pueda contribuir al combate al comercio de mercaderías ilícitas, ya que es notorio que el impuesto impacta en el precio final de cualquier producto. El aumento de tributo favorece el contrabando que no paga nada”, señaló Edson Vismona, presidente del FNCP.

Resaltó que además del impacto económico, el contrabando de cigarrillos está asociado directamente al financiamiento de organizaciones criminales. “Esos grupos consiguen prosperar actuando de forma ilícita, con uso de la violencia e imposición del miedo en la población, generando lucros altos, turbinados por la evasión de todos los impuestos”.

EN PRIMERA LUGAR

Según el informe de la Receita Federal, en el año 2022, el cigarrillo de contrabando mantuvo el primer lugar en el ranking total de aprehensiones del Brasil, por encima hasta de los electrónicos. Fueron 3.2 billones de cigarrillos requisados entre los meses de enero a diciembre.

Vismona señaló que es importante que se tenga una dimensión del problema que afecta a toda la sociedad, sean el área de seguridad ciudadana, evasión fiscal y competencia desleal, causando una reducción en las inversiones, generando menos empleos y también para los consumidores que consumen productos cuya calidad no se puede certificar.

“Necesitamos ayudar a los que actúan dentro de la legalidad y pagan sus impuestos de forma correcta. Reprimir lo ilegal, además de frenar la criminalidad, significa incentivar la producción dentro de la ley, generando empleo y renta. Por eso, es importante un esfuerzo colectivo para contener la criminalidad”, remarcó.

Mencionó además que las inversiones en las fronteras deben seguir y constituyen un aspecto muy importante. “Los desafíos enfrentados son inmensos, ya que tenemos 17 mil kilómetros de frontera terrestre en Brasil”.