Un grupo de colorados decidieron reagruparse con miras a futuras elecciones y también hacia su desenvolvimiento político institucional, buscando oxígeno económico y espacio para sus bases.
Todo apunta a la conformación de un nuevo movimiento afín a Santiago Peña, pero que no responde a Honor Colorado.
Lo que ya empezó a concretarse es la conformación de un movimiento regional, en Caaguazú, con el diputado Édgar Olmedo, el senador Mario Varela y el gobernador Marcelo Soto. A la par se habla de un proyecto más amplio, donde se conversa incluso con la senadora Lilian Samaniego.
Los actores reagrupados no solo miran las elecciones, sino también coordinan la distribución de sus propios intereses en sus distintos feudos. Un punto en común es la intención de no responder a Horacio Cartes, aunque hay gran acercamiento al presidente, sobre todo en torno al proyecto Hambre Cero, en el que los gobernadores se encargan de gran parte del presupuesto que ronda los USD 300 millones.
Fuentes indican que hubo acuerdos entre gobernadores, senadores y diputados para la aprobación del proyecto estrella del gobierno.
En las conversaciones sobre la confirmación de un movimiento, se negaron a formar parte los diputados Roberto González, Mauricio Espínola y Juan Maciel Merlo, que rechazaron la propuesta para seguir en Fuerza Republicana respondiendo a Mario Abdo.
Las negociaciones incluyeron conversaciones con Daniel Centurión, también diputado de Fuerza Republicana, sobre proyecto electoral en Asunción.
Se busca además anexar a la bancada B de Honor Colorado, principalmente a Carlos Arrechea. La mitad de los miembros responden a Peña.
En el cartismo se otorgó con el proyecto Hambre Cero la administración de los fondos a cada gobernador. Sin embargo, se trata de un poder de doble filo, ya que en caso de que haya un caso de corrupción, perderá la gestión del presupuesto del almuerzo, como una forma de mantener los apoyos alineados.
Las movidas tanto políticas como de gobierno están a cargo de Santiago Peña y de Pedro Alliana. La mira sin duda en toda esta articulación y rearmado está en las elecciones del 2028, para las que se proyecta el vicepresidente como candidato presidencial, mientras el diputado Raúl Latorre no descarta apuntarse para ser su dupla.
Peña comenzó a dar cargos a la dirigencia, sobre todo en Cordillera. Apuntan a mantener una estructura que apoye sus primeros meses de gobierno, ante la falta de base política del presidente.
Peña sin Cartes. Ya son varias las posiciones políticas que apoyan al oficialismo aclarando que dan respaldo al presidente pero no a Cartes.
Las conformaciones liberales, tanto el nuevo movimiento que se formó en el PLRA como el nuevo partido de Eduardo Nakayama, no rechazan a Peña.
Así también el movimiento regional de Marcelo Soto, en Caaguazú, que tiene a 9 intendentes, mantiene la misma línea.
“No es ir a pasar al cartismo y formar parte del movimiento Honor Colorado, sino que asumir una identidad regional, que pueda también generar las condiciones y el respaldo necesario para el desarrollo de la actividad institucional del gobierno departamental en sintonía con el gobierno nacional”, explicó Édgar Olmedo.
El legislador añadió que el Gobierno de Peña responde al movimiento Honor Colorado, pero la posición de él, Varela y Soto, es la de formar un movimiento regional.
En cuanto a la conformación de las bancadas, precisó que se habla de una bancada independiente tanto en el Senado como en Diputados.
“El proceso de diálogo está abierto para ver la posibilidad de la construcción de un bloque de parlamentarios, tanto de diputados como senadores, que tengan la posibilidad de poder trabajar y avanzar en los proyectos que tienen para su región”, indicó Olmedo, sobre el nuevo bloque.
Unidad. Peña y Cartes siguen unidos, pero los apoyos colorados apuntan a separar liderazgo.
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