En su nuevo informe de Datos sobre cocaína (Cocaine Insights Report), publicado en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), la Europol describe cómo de un momento para otro el tráfico de cocaína se ha hecho más violento y competitivo, a la par que ha motivado un mayor rango de alianzas entre grupos criminales.

A continuación, InSight Crime desglosa tres conclusiones importantes del informe.

Ascenso de la mafia albanesa

Entre 2018 y 2020, de los capturados por tráfico de cocaína en Europa, 266 tenían nacionalidad albanesa, seguidos de los brasileños (257) y los colombianos (168). El siguiente país europeo que aparecía en la lista eran los Países Bajos, en el octavo lugar, con solo 51 nacionales detenidos. El informe rastreó la presencia de grupos mafiosos albaneses en Europa y Latinoamérica. Europol identificó un énfasis inusual en el narcotráfico entre los grupos albaneses, en oposición a otras economías criminales. El 94 por ciento de los grupos criminales albaneses perfilados en 2019 tenía como principal actividad el narcotráfico, en comparación con el 38 por ciento de los actores criminales alemanes y el 30 por ciento de las bandas turcas.

Al perfilar una variedad de operaciones criminales, la Europol y la ONUDD hallaron que los traficantes albaneses eran los principales intermediarios de cocaína en los puertos de Amberes, en Bélgica,  y de Róterdam, Países Bajos, que controlaban gran parte del mercado de la cocaína en el Reino Unido, colaboraban con la ‘Ndrangheta en Italia, y desempeñaba un rol importante en la distribución de cocaína en otros mercados europeos importantes, incluidos los de Alemania, Bélgica, Austria, Bulgaria, Grecia y Suiza.

Esta influencia desproporcionada se atribuyó principalmente a la capacidad de los traficantes albaneses de establecer contactos directos en Latinoamérica. Desde 2012, según los hallazgos del informe, el hampa albanesa ha consolidado su influencia en Colombia, Venezuela, Brasil y Ecuador, con el fin de garantizar un flujo constante de cocaína.

En enero de 2021, InSight Crime informó del homicidio de un presunto traficante albanés en Ecuador y sobre su participación en el hampa de ese país andino.

La omnipresente ‘Ndrangheta

La mafia italiana sabe cómo amoldarse a las situaciones. Cuando la disolución de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006 amenazó el cuasimonopolio de la ‘Ndrangheta sobre el tráfico de estupefacientes en el Atlántico, esta de inmediato buscó establecer contactos con grupos mexicanos, según señala el informe de la Europol.

Desde entonces, también ha creado una fuerte alianza con el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC) de Brasil. Eso le ha permitido mantener el control de una de las rutas de tráfico de cocaína más confiables, que parte del puerto de Santos, cerca de São Paulo.

A su vez, la Europol observó que la presencia de larga data de la ‘Ndrangheta en toda Europa le permitía actuar como intermediaria entre los países proveedores de cocaína y bandas europeas de menor tamaño. “La ‘Ndrangheta italiana ha controlado el tráfico de cocaína, actuado como mayorista para distribuidores medianos asentados en Europa, que no tenían los contactos ni las capacidades para organizar el tráfico del alcaloide desde la fuente hasta los mercados destino”, señalan los autores del informe.

Sin embargo, su hegemonía se ve desafiada cada vez más por el ingreso de grupos criminales de todo el mundo a Europa. Además de los grupos albaneses ya mencionados, la ‘Ndrangheta ha tenido que enfrentar otras mafias balcánicas y marroquíes en los Países Bajos y en Bélgica, y a grupos nigerianos, británicos y rusos en España, entre otros.

Prescindir del intermediario

Desde la disolución de las AUC y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), otros grupos criminales de Colombia se han dividido en grupos menos numerosos y más localizados, muchos de los cuales tienen la capacidad de producir y despachar cocaína al exterior.

InSight Crime ha perfilado varios de estos grupos, como los Pachenca, del norte del país, y disidencias de las FARC, como los Comandos de la Frontera, en la frontera sur que comparte Colombia con Ecuador.

Ante el récord de cocaína que se está produciendo en Colombia, esa diversificación les ha permitido a las bandas europeas encontrar una diversidad mayor de posibles socios.

“Estos cambios del mercado pueden haber tenido un impacto en el suministro de cocaína hacia Europa, al facilitar […] nuevas alianzas con organizaciones de tráfico de drogas (OTD) europeas […] Algunos de esos actores criminales pueden haber ascendido del suministro y distribución de nivel medio en Europa para convertirse en traficantes mayoristas que operan a nivel internacional”, concluye el informe.