El fiscal Alberto Torres representó al Ministerio Público en este caso y obtuvo una condena de 20 años de pena privativa de libertad para el hombre acusado de abusar reiteradamente de su propia hija. El condenado, cuyo nombre se omite para proteger la identidad de la víctima, fue encontrado culpable por abuso sexual en niños.

El juicio oral y público se produjo numerosas pruebas para demostrar la culpabilidad del hoy condena, elementos que fueron de contundencia para el tribunal se sentencia que juzgó el caso.

En un fallo unánime el tribunal de sentencia, presidido por Lourdes Morínigo y conformado por Óscar Gabriel Genes y Evangelina Villalba, lo condenó a purgar la elevada pena de 20 años de cárcel.

Los antecedentes refieren que los abusos comenzaron a medianos del 2019 en la vivienda familiar al sur del Alto Paraná, cuando la víctima tenía solo 12 años de edad. Las agresiones se iniciaron después del fallecimiento de la madre de la pequeña.

El hombre aprovechaba las ocasiones en que la hija mayor hacía dormir a su hermanito en otra habitación para abusar de la víctima, siempre de manera brusca y violenta, según la acusación fiscal. Estos ataques eran reiterados y ocurrían principalmente en horas de la noche y madrugada.

Tras cada abuso, el agresor amenazaba a su hija para que no contara a nadie lo sucedido. Sin embargo, cansada de las agresiones sexuales, la menor decidió confesar a su hermana, quien presentó la denuncia el 21 de abril de 2021 ante las autoridades.

Como parte de la investigación, la Fiscalía ordenó una inspección médica forense y una evaluación psicológica a la niña por parte de una profesional del Centro de Atención a Víctimas, confirmando los abusos sexuales.