El 21 de agosto del año 2019, el hombre llevó al hospital de San Lorenzo a su esposa, quien recibió un disparo a la altura del pecho, por lo que en principio, manifestó que fue un asalto, sin embargo, tras la presión de los efectivos policiales, quienes se percataron de que el mismo cayó en varias contradicciones en su relato, este terminó confesando el hecho.

En un juicio se probó que Andrés Armoa mató de un disparo a su concubina, madre de sus dos hijos, el 21 de agosto de 2019, a las 14:30 horas y después de una hora de haberla ejecutado, la traslado hasta el Hospital de Calle’i de San Lorenzo y así no al Hospital de Ñemby que se encontraba a 5 minutos de la vivienda. La victima llegó al Hospital sin signos de vida. El acusado primeramente refirió que su concubina fue víctima de motochorros y después ante la presencia de los agentes policiales expresó que accidentalmente disparo a su señora.

Con el informe y el testimonio en juicio de la forense Dra. María Tottil se probó que la víctima fatal se encontraba sentada o arrodillada al momento de ser ejecutada. Además, con los testimonios de los agentes policiales se comprobó que en la vivienda de la pareja por el desorden hallado existió una discusión y pelea previa, además de tres armas de fuego una calibre 22 escondida en el techo de la casa (arma utilizada para perpetrar el hecho), así como también dos escopetas y varias municiones.