El 30 de agosto, Cárdenas terminó de cumplir su condena en una prisión federal estadounidense por narcotráfico y lavado de dinero. Tras su captura en México en 2003, fue extraditado a Estados Unidos en 2007. Finalmente, se declaró culpable y recibió una condena de 25 años en 2010. Fue liberado el 30 de agosto de 2024.

Como jefe del Cartel del Golfo (CDG) desde 1997 hasta 2003, cuando fue capturado por las fuerzas de seguridad mexicanas, Cárdenas fue uno de los capos de la droga más poderosos de México.

Bajo su mando, el CDG estuvo detrás de un gigantesco imperio de tráfico de cocaína y marihuana que amenazaba al resto de los grupos criminales en México, como el Cartel de Sinaloa. El CDG, oriundo del estado mexicano norteño de Tamaulipas, aprovechaba los 370 kilómetros de frontera con Estados Unidos para traficar toneladas de droga hacia Texas y otros lugares.

Pero quizá el acto más significativo de Cárdenas como líder del CDG fue la creación de Los Zetas, una fuerza armada formada por desertores de una unidad de élite del ejército mexicano. Este grupo, que nació como un brazo armado del CDG, profesionalizó la guerra entre carteles en el país, detonando una carrera armamentística e introduciendo un tipo de violencia brutal nunca antes vista en México. 

Michael Deibert, autor de un libro sobre el CDG, declaró a InSight Crime que “podría decirse que es el líder narco que ha generado más impacto, aunque no es el más famoso de México”.

Aún no está claro qué ocurrirá exactamente con Cárdenas tras su liberación. Si es deportado a México, probablemente enfrentará cargos pendientes relacionados con sus actividades criminales.

Parece que Cárdenas no mantiene vínculos con el CDG, que se ha dividido en grupos más pequeños desde su encarcelamiento. Sin embargo, la familia Cárdenas sigue siendo una fuerza poderosa en el ámbito criminal de Tamaulipas.

Análisis de InSight Crime

La ambición de Cárdenas impulsó el crecimiento del CDG hasta convertirlo en una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Pero la creación de Los Zetas cambió para siempre el panorama criminal de México y, tal vez, al propio país.

“Fue el arquitecto de la violencia extrema (…) Sus métodos se han convertido en el modelo a seguir para otros cárteles en México”, declaró a InSight Crime Mike Vigil, exoficial de alto ranto en la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration – DEA). 

En 1997, Cárdenas empezó a crear Los Zetas para proteger el imperio criminal del CDG de rivales violentos y ampliar el territorio del grupo. Para ello, contrató a 31 miembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFES) del ejército mexicano, algunos de los cuales habían recibido entrenamiento del ejército estadounidense.

Dirigidos originalmente por Arturo Guzmán Decenas, alias “Z1”, Los Zetas aportaron una capacidad de nivel militar a la guerra en México y popularizaron un repertorio de choque que incluía decapitaciones, desollamientos y tortura a sus víctimas.

Esto causó que bajo su mandato y el control de Los Zetas, Tamaulipas se volviera dramáticamente más violento.

El liderazgo de Cárdenas en el CDG marca “un antes y un después en términos del crimen organizado en Tamaulipas”, dijo a InSight Crime Marisol Ochoa, académica y experta en seguridad. 

Aunque Cárdenas habría mantenido el control del grupo mientras estuvo detenido en México tras su arresto, Los Zetas se separaron tras su extradición en 2007. Bajo el mando de Heriberto Lazcano, alias “Z3”, el grupo creció hasta contar con más de 300 miembros altamente entrenados. 

El punto de poder más álgido de Los Zetas —y sus actos de violencia más espeluznantes— se produjeron después de que Cárdenas perdiera las riendas. En agosto de 2010, el grupo secuestró y asesinó a 72 migrantes, en su mayoría centroamericanos, en San Fernando, Tamaulipas.

Menos de un año después, las autoridades descubrieron otros 192 cadáveres, también en San Fernando, tras el secuestro de varios autobuses en la zona. Miembros de Los Zetas declararon posteriormente a las autoridades que habían obligado a las víctimas a luchar hasta la muerte en combates de gladiadores, reclutando por la fuerza a los que sobrevivieron.

La escalada de violencia generada por la llegada de Los Zetas llevó a otras grandes organizaciones criminales de México a crear sus propias fuerzas paramilitares, creando un ciclo de violencia que se alimentaba a sí mismo.

Los Zetas se expandieron rápidamente por gran parte de México y la vecina Guatemala, pero desde entonces se han desmoronado. Algunas facciones del grupo original permanecen, incluidos los Metros y los Ciclones, y luchan con otras facciones de Los Zetas y descendientes del CDG por el control de los mercados criminales, principalmente en Tamaulipas.

Imagen principal: Osiel Cárdenas Guillén, antiguo líder del Cartel del Golfo, esposado con agentes de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) de México. Fuente: Netnoticias.mx