"Todo es posible", sentencia esta madre de cinco hijos, nacida en 1974 en Abobo, en Costa de Marfil, y que llegó a Francia en 2000, con 26 años. En 2015 obtuvo la nacionalidad francesa.

"Entrar como diputada de la Asamblea Nacional "no me asusta", asegura la candidata de la Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (Nupes), coalición de corrientes de izquierda. Rachel Kéké se impuso ante la candidata oficialista, la exministra de Deportes del presidente centrista Emmanuel Macron y campeona de natación Roxana Maracineanu, en la circunscripción de las afueras de París en la que reside.

“El sufrimiento de la gente”

Los profesionales de la política "no conocen el sufrimiento de la gente", responde con una amplia sonrisa la candidata, que aspira a "explicar" a los otros diputados la "realidad" de los más pobres en Francia.

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Este discurso se inspira de sus combates políticos recientes. En mayo de 2021, 19 mujeres de la limpieza y un compañero de un hotel parisino, liderados por Rachel Kéké, consiguieron que un subcontratista del grupo Accor les aumente el sueldo.

Tras 22 meses de huelga y de desempleo parcial, la lucha más larga liderada nunca por el sindicato de hostelería CGT-HPE, las huelguistas lograron que sus salarios aumenten "de 250 a 500 euros mensuales" (de 268 a 563 dólares).

 "Es importante decir las cosas como son", subraya Kéké, que explica el "desprecio", la "explotación" y los abusos que sufren. "Un [cliente] me llamó 'negra sucia'", otros "te tocan los senos cuando llamas a la puerta", explica.

"Es un trabajo que destruye el cuerpo. Hay síndromes del túnel carpiano, tendinitis, dolores de espalda...", explicó durante la campaña, recordando todavía la sensación, "como si alguien le hubiera golpeado por todas partes", tras su primer día como limpiadora, en 2003.

“Ruido”

Rachel Kéké dice querer "hacer ruido" en el Palacio Borbón (el edificio de la Asamblea Nacional): portavoz de la larga huelga de las camareras del Ibis Batignolles, Rachel Kéké fue elegida el domingo diputada y pretende llevar la voz de los trabajadores "invisibles" al hemiciclo.