Sunak, aficionado del Southampton, defendió la bandera nacional como “perfecta” en su forma original, haciéndose eco del descontento de leyendas del fútbol como Peter Shilton y David Seaman. Ambos criticaron el diseño “despertado” y el precio exorbitante de 125 libras esterlinas de la nueva camiseta.

Si bien los fanáticos prometen boicotear a Nike por la ofensa causada por el rediseño de uno de los símbolos más queridos de la nación en azul y morado, la compañía ha revelado que no ha realizado cambios similares en ninguna de sus otras camisetas nacionales.

Sunak, hablando en Derbyshire, dijo: “Cuando se trata de nuestras banderas nacionales, no deberíamos tocarlas. Son una fuente de orgullo, de identidad, de quiénes somos, y son perfectos tal como son”.

Este acontecimiento añade combustible al debate, con figuras públicas y fanáticos expresando su indignación en las redes sociales y a través de peticiones en línea. La decisión de Nike, descrita como un homenaje al uniforme de entrenamiento del equipo ganador de la Copa del Mundo de 1966, no ha convencido a los críticos, que ven el cambio como una distorsión innecesaria y potencialmente divisiva de un símbolo de unidad y orgullo nacional.

La controversia llega en un momento delicado, mientras Inglaterra se prepara para competir en la Eurocopa 2024, y la nueva camiseta provoca no sólo discusiones estéticas, sino también preguntas más profundas sobre valores, tradición e historia. Si bien Nike defiende la innovación de su diseño, la apasionada respuesta de los fanáticos y críticos subraya el profundo apego de la nación a la tradición y el simbolismo de la bandera de San Jorge.

“Dejen nuestra bandera en paz”

Nike rediseñó la tradicional cruz roja de la bandera de San Jorge, símbolo de Inglaterra, y generó una ola de protestas y promesas de boicot. La nueva camiseta le cuesta al consumidor inglés 125 libras, aproximadamente R$ 785,00,

El nuevo diseño de la camiseta que lucirá la selección inglesa en la Eurocopa 2024, sustituye la cruz por una celeste y violeta, provocando indignación entre aficionados y personajes públicos. La controversia se profundiza con más de 16.000 firmas en una petición en línea que exige una reversión al diseño original y una campaña activa para boicotear a Nike.

Entre los críticos se encuentra el ex portero inglés David Seaman, quien expresó su descontento con el cambio y dijo que su generación se negaría a usar la camiseta. “Dejen nuestra bandera en paz”, exclamó Seaman.

El cambio también fue condenado por el exjefe de la Asociación de Fútbol, ​​Adrian Bevington, quien ve el cambio como una amenaza a la identidad nacional representada por la bandera.

La campaña contra la nueva camiseta cobró impulso en las redes sociales, con críticas que apuntaban al alto precio del uniforme y acusaciones de que Nike estaba promoviendo una agenda "despertada". Figuras políticas como Sir Keir Starmer se sumaron a la discusión, defendiendo la importancia de los colores originales de la bandera y cuestionando la motivación detrás del cambio.

Esta polémica llega en momentos en que Inglaterra se prepara para uno de los principales campeonatos de fútbol, ​​poniendo en duda no sólo la estética de la camiseta, sino también los valores y la historia que representa.