De las 86 estaciones de telemétricas propias del Instituto Agua y Tierra del Brasil, sumadas a otras de hidroeléctricas, que monitorean los 51 ríos del Estado de Paraná, apenas cuatro están marcadas con color verde, que un nivel mayor de la cota media normal, todas las demás están marcadas en rojo, es decir, los ríos afluentes al Paraná están cada vez con menos agua.
El Paraná tiene importancia continental, ya que forma la Hidrovía Tieté-Paraná, en Brasil, y realiza parte de la hidrovía del Río de la Plata, que une con Bolivia, Paraguay y Argentina a los puertos de exportación e importación.
En la zona de Mariscal Cándido Rondón, la regla mide 108 centímetros, cuando la cota media es de 118 centímetros. El río San Francisco que desagua en el lago Itaipu, está en 60 centímetros. La cota media es de 84 centímetros. Los servicios de control hídrico del Brasil también muestran la cantidad de lluvias, de una semana a otra, solo llovió 1,8 milímetros sobre el área de la usina de Itaipu.
DESOLADOR
El caudaloso río Paraná hoy ofrece una imagen pocas veces vista, tanto en la región de las Tres Fronteras como en los demás distritos por donde cruza. Se trata de una bajante histórica que afecta seriamente la vida de quienes viven en las zonas ribereñas y también golpea a la economía, teniendo en cuenta que es una ruta por donde se traslada la producción de materia prima.
El río Paraná es la décima cuenca del mundo. Hasta el momento los expertos no pueden explicar si la causa es natural o efecto del cambio climático. En América del Sur, es el segundo en extensión detrás del río Amazonas. El programa se viene arrastrando desde 2019 y este año ha registrado bajantes que no se tenían desde 1940.
El Paraná nace en Brasil, recibe afluentes en Paraguay y desemboca al Atlántico, en Argentina, donde su tramo es navegable y vital para las exportaciones de Paraguay, así como también de Bolivia, debido a que no tiene costas en el mar. Las lluvias registradas en lo que va del año, están muy por debajo del promedio normal, pero se espera que la situación mejore entre los meses de noviembre y diciembre.
LEVE MEJORÍA
Ayer el registro de la cota (altitud por encima del nivel promedio de la superficie del mar) en la Estación Hidrométrica del Puente de la Amistad amaneció con 97,50, es decir, 10 metros menos de su nivel normal. Durante la jornada alcanzó una cota máxima de 97,78.
Si bien hay una leve mejoría, considerando que en junio estaba 13 metros por debajo de lo normal, el caudal del Paraná sigue lejos de los 105,99, cota considerada normal. Cuando el nivel supera los 118,79 empiezan las inundaciones en las zonas bajas donde están los populosos barrios San Rafael y San Agustín. La última gran inundación se registró en el año 2017.
Según el boletín diario la Dirección Técnica y Superintendencia de Operación División de Estudios Hidrológicos y Energéticos sobre estado del río Paraná de la entidad binacional, el estado actual en función a la cota del río, aguas abajo de la Central Hidroeléctrica, no afecta ninguna infraestructura o instalación.
La falta de lluvia afecta no solo al río Paraná, sino también al río Iguazú y Uruguay, estas dos fuentes están ubicadas en el lado argentino, debido a que tienen sus cuencas en el Brasil, donde se registra sequía hace un buen tiempo.
Se trata de una sequía provocada por el fenómeno de La Niña. De acuerdo a los datos existen más de 50 centrales hidroeléctricas aguas arriba de la Itaipu Binacional. La fuente de suministro del embalse (el lago Itaipu) proviene, en un 80% de dicha afluencia regulada, recibida como resultado de las operaciones de esas centrales que están en Brasil.
El 20% restante viene de las contribuciones de los ríos desembocan en el embalse que estuvieron ausentes gran parte del año. Ese porcentaje prácticamente desapareció por falta de lluvia. Los meses de lluvia se registran normalmente entre octubre y abril, pero desde hace tres años se registra una escasez en las precipitaciones.
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