“La mitad de los laicos son mujeres y por eso es importante reflexionar sobre la mujer en la Iglesia. Dicen: ¿Acaso las mujeres no tienen amplio lugar en la Iglesia? y es cierto, pero de todos modos, necesitamos reflexionar”, dijo el obispo.

Añadió que “es necesario bajar el tema a la realidad de cada parroquia, capilla, movimiento o grupo y preguntarnos si damos su lugar a las mujeres en la Iglesia. ¿Ellas tienen la posibilidad de acceder a las responsabilidades que les corresponden?”.

“Podemos sentirnos felices por estar reflexionando sobre este tema a los pies de la mujer más grande de la historia que es la Virgen María”, manifestó y en este punto recordó que el Papa Francisco siempre habla de que la mujer paraguaya es la más gloriosa de América.

Expresó que “ellas han ido conquistando espacios. Las vemos en el mundo empresarial, policía, militares, universidades, en la política. Ellas están y no han llegado allí sin luchar”.

“En la Asamblea Eclesial se enfatizó el gran dolor que genera la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones, ya sea el machismo eclesial, social y cultural, así como los feminicidios. Nos duele profundamente la violencia intrafamiliar a la cual muchas veces nos hemos acostumbrado”, lamentó.

Concluyó que “estamos en el tiempo del laicado; aprovechemos este tiempo para preguntar a todas las mujeres ¿Cómo se sienten, se sienten cómodas, a gusto, se les respeta? ¿Estamos respetando de manera suficiente a las mujeres?”.