Un violento asalto sacudió la localidad de Capiibary, departamento de San Pedro, cuando al menos cuatro individuos encapuchados y armados interceptaron y tomaron como rehenes a la concejala municipal María Ester Cáceres de Benítez, su esposo Juan Carlos Benítez Vega y otros dos miembros de su familia. Los delincuentes se apoderaron de aproximadamente 40 millones de guaraníes en efectivo, teléfonos celulares de alta gama y una camioneta Toyota Fortuner durante el ataque perpetrado en una zona rural conocida como Calle 30 de Agosto.

El incidente ocurrió el domingo pasado poco después del mediodía, cuando el matrimonio Benítez-Cáceres se disponía a abandonar su hacienda a bordo de su camioneta Toyota Fortuner de color plateado, con matrícula BEG 217. Al detenerse para abrir el portón de la propiedad, fueron sorprendidos por los asaltantes que, portando armas de fuego, los redujeron inmediatamente. Los criminales, luego de revisar el interior del vehículo, obligaron a la pareja a regresar a la vivienda principal de la hacienda, donde se encontraban la hija de ambos, Ruth María Benítez Cáceres, de 37 años, y el hijo menor de esta, quienes también fueron sometidos por los delincuentes.

Bajo amenazas constantes, los asaltantes exigieron a las víctimas la entrega de todo el dinero y objetos de valor que tuvieran en su poder. Tras conseguir el botín estimado en 40 millones de guaraníes, además de teléfonos celulares y otras pertenencias de valor, los criminales huyeron del lugar utilizando la camioneta Toyota Fortuner de las víctimas como vehículo de escape, dejando a la familia conmocionada pero físicamente ilesa. La rápida huida de los delincuentes y la utilización del vehículo robado como medio de escape evidencian un modus operandi cada vez más común en zonas rurales, donde los tiempos de respuesta policial suelen ser más prolongados debido a las distancias y la escasez de recursos.

Un giro inesperado en el caso se produjo cuando efectivos policiales de la comisaría jurisdiccional acudieron al lugar tras recibir la denuncia del hecho. Si bien Juan Carlos Benítez Vega los recibió en el portón de la propiedad y relató lo sucedido, la situación cambió drásticamente cuando su esposa, la concejala colorada María Ester Cáceres, y su hija se percataron de la presencia policial. Ambas mujeres se opusieron categóricamente al ingreso de los uniformados a la hacienda, exigiendo que abandonaran el lugar y minimizando lo ocurrido como un simple malentendido, según consta en el informe oficial elaborado por la comisaría local.

La negativa de las principales víctimas a formular una denuncia formal sobre el robo agravado ha generado intriga entre las autoridades. Fuentes cercanas a la investigación señalan que esta actitud podría estar relacionada con el temor a represalias o con la posible existencia de información que prefieren no compartir con las autoridades. Esta situación complica significativamente la labor policial y dificulta el esclarecimiento del caso, añadiendo un elemento de incertidumbre que entorpece la persecución de los responsables del violento asalto.

Informaciones extraoficiales provenientes de la Dirección de Policía de San Pedro sugieren que el ataque podría haber sido resultado de un error por parte de los delincuentes. Según estas fuentes, los asaltantes habrían confundido el objetivo, ya que su verdadera intención era apoderarse de una cuantiosa suma de dinero que los propietarios de una hacienda vecina manejaban tras la reciente venta de una importante cantidad de ganado vacuno. Al percatarse de su equivocación, los criminales optaron por llevarse el efectivo disponible, los teléfonos móviles y la camioneta como compensación por el fallido golpe mayor que habían planificado.

Las autoridades departamentales han intensificado los controles en rutas y caminos vecinales con el objetivo de dar con el paradero de los responsables y recuperar los bienes sustraídos, mientras continúan las investigaciones para determinar si existieron otros móviles detrás de este violento ataque.

Fuente: ABC Color