Paraguay da un paso decisivo hacia su consolidación como actor clave en la matriz energética regional con la firma de un nuevo acuerdo con Mato Grosso do Sul para el desarrollo de un gasoducto binacional, proyecto que promete atraer inversiones por hasta USD 2.000 millones y transformar el panorama industrial del país.
El histórico acuerdo, sellado durante el sexto Foro de los Gobiernos Subnacionales del Corredor Bioceánico, representa un hito en la integración energética entre ambas regiones. Según Rodrigo Maluff, viceministro de Comercio paraguayo, esta infraestructura no solo facilitará el abastecimiento de gas natural a Brasil sino que también catalizará el desarrollo industrial en el Chaco paraguayo.
La iniciativa promete convertirse en un factor transformador para la economía nacional, especialmente en la región chaqueña. El proyecto contempla la activación de sectores industriales estratégicos, incluyendo la posible instalación de una fábrica de urea para la producción de fertilizantes y el impulso a la exploración petrolera en la zona.
El gasoducto se proyecta como una pieza fundamental de infraestructura que podría revolucionar la generación de energía eléctrica en la región. Su implementación garantizará una fuente energética accesible y sostenible, factor crucial para atraer nuevas industrias y mejorar la competitividad de Paraguay en el mercado energético regional.
Una ventaja significativa del proyecto es su capacidad para integrar futuras exploraciones de gas natural en el Chaco. Como señala Maluff, la infraestructura permitirá conectar directamente cualquier nuevo descubrimiento gasífero con el mercado brasileño, maximizando el potencial de futuros emprendimientos energéticos.
Sin embargo, expertos como Pedro Balota, expresidente de Copesagas, señalan la importancia de asegurar beneficios equitativos para las empresas paraguayas en el desarrollo del proyecto. Esto incluye la participación activa en las operaciones de transporte y logística, evitando que estos servicios queden exclusivamente en manos extranjeras.
La iniciativa cobra especial relevancia considerando el futuro energético del país. Balotta advierte que Paraguay deberá diversificar su matriz energética en los próximos 10-12 años, cuando la capacidad de Itaipú podría alcanzar sus límites. En este contexto, el gas natural emerge como una alternativa estratégica para satisfacer la creciente demanda energética.
El proyecto representa una oportunidad única para Paraguay de fortalecer su posición en la red energética regional, al tiempo que impulsa el desarrollo económico y social del Chaco. La materialización de esta infraestructura crítica promete no solo beneficios económicos inmediatos, sino también un impacto positivo duradero en la competitividad y el desarrollo industrial del país.
Fuente: Infonegocios
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