En un nuevo decreto el Ejecutivo liderado por el primer ministro, Viktor Orbán, indicó que aumentará la altura de las vallas con Serbia de tres a cuatro metros, mientras que construirá nuevas vallas en el Parque Nacional Duna-Dráva, en el tramo fronterizo con Croacia. El Gobierno húngaro no especifica la longitud de la nueva valla, pero sí que para las dos obras se dedicará un máximo de 47 millones de euros.

El Ejecutivo de Orbán viene advirtiendo desde hace semanas de un creciente número de "inmigrantes ilegales" que llegan a Hungría a través de la llamada "ruta de los Balcanes". Según el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, su número asciende hasta más de 100.000 personas en lo que va del 2022.

La Administración húngara se opone a cualquier tipo de inmigración y en 2015, cuando centenares de miles de personas refugiadas cruzaron el país para seguir hacia Europa central, elevó vallas con concertinas a lo largo de 150 kilómetros de frontera.

Por otra parte, Orbán anunció hace poco la creación de unas unidades de "caza fronteras", con hasta 4.000 efectivos dentro de la Policía húngara.

Los anuncios de Hungría se producen un día después de que Eslovenia iniciara los trabajos para eliminar las vallas fronterizas con la vecina Croacia. Según el nuevo Ejecutivo esloveno, de centro izquierda, las vallas no detienen la inmigración, pero constituyen una "medida totalmente desproporcionada".

ama (efe, dpa)