Según su familia, Mohammadi, de 51 años, sufre problemas cardíacos y pulmonares, pero el director de la prisión afirmó que no podían llevarla al hospital sin el hijab, el velo obligatorio para las mujeres bajo el régimen de los ayatolás , que el activista se niega a utilizar.

Irán también condenó a 13 años de prisión a otra activista crítica con el régimen, Mahsa Yazdani, que fue detenida en su domicilio tras culpar públicamente a las autoridades iraníes de la muerte de su hijo, Mohammad Javad Zahedi.

Zahedi recibió disparos a quemarropa de las fuerzas de seguridad durante las protestas tras la muerte de Mahsa Amini, detenida por la “policía moral” de Irán por no llevar correctamente el hijab. Amini murió bajo custodia policial y se convirtió en un símbolo de las protestas contra la opresión de las mujeres.

Yazdani, a su vez, fue acusado de delitos como blasfemia, insultos al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, y difusión de propaganda contra el régimen teocrático.

Vale la pena recordar que el gobierno iraní es también uno de los principales financiadores de los terroristas de Hamás.