Con la metodología de la policía colombiana, (de hacer público avances de la pesquisa sobre el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, solo cuando hay elementos concretos) en Colombia señalan que es intensa la tarea para desvelar al o los autores intelectuales del magnicidio.

Llamadas desde Paraguay a Colombia (y viceversa), antes y después del crimen, así como vuelos y lista de pasajeros con sus respectivas conexiones, son evaluados por los servicios de inteligencia y seguridad de los dos países.

El comisario César Silguero, uno de los altos mandos policiales paraguayos que participan de la investigación, dijo que los análisis de elementos son continuos, así como el intercambio de informaciones y datos entre Paraguay y Colombia.

“Pueden tener la garantía. Somos los primeros que queremos llegar a los responsables intelectuales. Lo sentimos (a Pecci) como un hermano”, manifestó a la 730 Am el comisario Silguero.

Añadió que existen avances en ese sentido, pero que no pueden adelantar aún, para evitar entorpecer las investigaciones.

En ámbito de la pesquisa, cobró fuerza en los últimos días la hipótesis de que el crimen fue perpetrado por lo que se conoce como una “cooperativa criminal”, integrada por facciones de narcotraficantes que operan en la región, con socios en Europa y Africa.

En ese contexto se menciona al Primer Comando Capital como el principal núcleo, en cooperación con el clan del Golfo, la principal agrupación criminal actual en Colombia.

El asesinato de Marcelo Pecci es catalogado como emblemático, porque representa un caso de claro intento de amedrentamiento a los servicios de justicia de países de la región, que se da en medio de un rápido crecimiento del negocio criminal del narcotráfico.