Estas cifras las compartió el medio uruguayo El País, luego de haberlas obtenido de la Dirección de Migraciones. Según la misma fuente, en el año que recién culminó, el balance fue distinto. Salieron más cubanos de los que entraron y eso explica por qué, entre los destinos donde mayor cantidad de estos permanecen, se excluye a Uruguay.

Lo que dicen los datos es que gran cantidad de cubanos viajan y transitan por ese país, pero, a diferencia de años anteriores, continúan hacia otros lugares, ya sea hacia el norte (Estados Unidos) o hacia el suroeste (Chile).

Justamente, de acuerdo con el mapa interactivo oficial sobre los flujos y corredores migratorios, estos son dos de los cinco destinos finales de mayor concentración de cubanos: Estados Unidos (1,376,211), España (162,368), Italia (38,532), Chile (23,929) y Canadá (19,221), para un total superior al millón y medio (1,620,261).

Qué ha cambiado entre 2021 y 2022

El año pasado arribaron a Uruguay 2,887 cubanos y salieron 3,529. La mayoría de ellos, 2,300, ingresaron por el Aeropuerto de Carrasco y los restantes 450 lo hicieron desde Brasil, por la frontera donde se encuentra la localidad Rivera.

Ahora, en los pocos días que han transcurrido de 2022, ya han llegado a Uruguay 538 cubanos (345 por Carrasco, 135 por Rivera, 23 por Colonia, 14 por el Chuy, 4 por Fray Bentos, uno por Río Branco y uno por Punta del Este). En cambio, solo salieron 268, la mayoría por Carrasco (258).

La Dirección Nacional de Migración detalló a medios uruguayos que en estos primeros 20 días del año, por el departamento de Rivera (que limita con Santana Do Livramento, Brasil) ingresaron más de seis cubanos por día en promedio, y muchos de ellos con coronavirus, lo que provocó la saturación del sistema de atención a inmigrantes y una especie de “cuello de botella” que requirió un cambio de protocolo. Así lo define Giovani Cont, director General de Promoción y Acción Social de la Intendencia de Rivera.

Flujos migratorios empeorados por Covid-19

La OIM destaca que las restricciones a los viajes y en fronteras, así como las medidas sanitarias, han cambiado a medida que la tecnología y la capacidad logística que apoyan las medidas sanitarias se han desarrollado y ejecutado. Precisa que como parte de los protocolos, distintos países introdujeron pruebas diagnósticas previas a los viajes, cuarentenas y la petición de certificados de vacunación para la entrada en el territorio.

En el caso de Uruguay, desde que fueron abiertas las fronteras la Comisión de Refugiados decidió dejar de hacer guardias telefónicas: “Cuando ellos estaban nos ayudaba porque había un filtro importante, porque antes no se les concedía refugio a todos los que llegaban”, explicó Conti al citado diario local. La misma fuente destacó que a los cubanos, al entrar por la frontera con Brasil solicitando refugio a la Dirección de Migración, se les realiza un test de Covid-19, pero a consecuencia de las demoras generadas por la alta demanda en un contexto de aumento de casos activos, muchos debían permanecer en el centro de aislamiento hasta tener el resultado. Esto, unido a que varios resultaron positivos y tenían que cumplir la cuarentena allí, derivó en crisis.

Los cubanos que se quedan en Uruguay

En virtud de la ley N° 18076 de refugiados en Uruguay, “toda persona tiene derecho a solicitar y recibir refugio en el territorio nacional” y será reconocido como tal cuando haya sido perseguido por motivos de raza, religión o nacionalidad; o en caso de que su vida o libertad fueran amenazadas.

Según los datos oficiales, más de 300 cubanos solicitaron refugio político en Uruguay durante 2016, entre los cuales sólo 23 fueron aprobados.

(Cortesía: www.sinpermiso.com)

Además, el marco regulatorio de la nación sudamericana indica que el funcionario público, en ejercicio de funciones de control migratorio, “se abstendrá de prohibir el ingreso a toda persona que manifieste su intención de solicitar refugio”.

Sin embargo, el director General de Promoción y Acción Social de la Intendencia de Rivera dijo a medios locales que los cubanos que han llegado recientemente a territorio uruguayo no son refugiados, sino personas que quisieron salir “por su propia voluntad” y buscando “mejoras económicas”.

“No hay una persecución política, no encajan en el tradicional concepto de refugiado”, aseguró, aunque el propio presidente de Uruguay denunció en un foro regional, refiriéndose a Cuba, que “no hay democracia cuando se usa el poder represor para acallar las protestas”. El mandatario Lacalle Pou encaró con esas fuertes palabras a su homólogo cubano Díaz-Canel durante la cumbre de la CELAC celebrada en México pocas semanas después de las manifestaciones antigubernamentales del 11-J en Cuba, que han degenerado en el aumento significativo de presos políticos y en el éxodo de ciudadanos.

Más del 13% de la población cubana vive fuera de la isla, según documenta la OIM. En 2014, se calculaba que cada año se van de la isla unas 40.000 personas. Solo en el quinquenio 2014-2019, los saldos migratorios revelan que en Uruguay se establecieron 24,485 cubanos.

De acuerdo con cifras de la Dirección Nacional de Migración de Uruguay referidas por el Nuevo Herald, en 2019 llegaron a Uruguay 19,925 cubanos (11 veces más que en 2016), de los que 5,405 obtuvieron visados para entrar legalmente al país.

“Uruguay siempre ha sido un país de brazos abiertos para países que están expulsando a su gente, básicamente venezolanos, cubanos y de otros lugares de América Latina”, dijo en enero de 2020 Lacalle Pou, entonces presidente electo.