La legisladora describió así una supuesta presión que ella y otras de sus colegas recibirían veladamente para “aflojar” el control sobre los insumos y equipamientos médicos que llegan al país. “Hay compañeros (legisladores) que están recibiendo mensajes subliminales de callarnos, bajar los decibeles, de que esto es ‘por el país y la salud’, de no armar tanto escándalo”, reveló.

En el grupo de legisladores con mayor visibilidad mediática en aplicar la lupa al proceso de provisión de los equipos comprados por Salud Pública figuran la propia Amarilla, Rocío Vallejo (PPQ) y Kattya González (PEN).

“Los intermediarios (para enviar los mensajes) son de ese tercer espacio que nos quita votos, los supuestos jóvenes que no están mezclados con los partidos tradicionales tratándonos a todos de bandidos. Esa gente está actuando de intermediaria y nos está tratando de decir que bajemos los decibeles”, amplió Amarilla.

La parlamentaria aseguró que esta presión se registra desde “hace varios días”, que a ella directamente “no se animan a decirle”, pero que hoy no “aguantó más” y compartió la situación con la ciudadanía durante una entrevista en un medio radial.