El Ministerio de Justicia estableció una nueva normativa que obliga al uso de uniformes en los centros penitenciarios recientemente inaugurados en Paraguay. La medida fue adoptada mediante la Resolución Ministerial N.º 479 y será aplicada inicialmente en los penales de Minga Guazú y la Unidad Penitenciaria Martín Mendoza, ubicada en Emboscada. El objetivo principal es reforzar el orden interno y avanzar en la modernización del sistema penitenciario nacional.

Los uniformes varían según el régimen de cumplimiento. En el caso de los internos bajo régimen convencional, la vestimenta será de color amarillo. Para los internos del régimen cerrado especial, que conlleva medidas más estrictas y confinamiento individual, se utilizarán uniformes rojos. Este esquema permite identificar visualmente el tipo de custodia que corresponde a cada persona privada de libertad.

Cada interno recibirá un kit completo de uniformes que incluye remera, bermuda, chomba, pantalón largo, campera, ropa interior, medias, zapatillas y calzado deportivo. Esta provisión busca asegurar condiciones básicas de dignidad y confort para la vida diaria en reclusión. El uso del uniforme es obligatorio dentro del establecimiento, con excepción de actividades específicas como deportes, visitas, trabajos en semilibertad o comparecencias judiciales.

La implementación será escalonada y se prevé que toda la población penitenciaria del Centro de Reinserción Social de Minga Guazú —con una capacidad superior a 1.200 personas— esté uniformada en los próximos meses. Las autoridades sostienen que la medida permitirá mejorar los mecanismos de control, reducir incidentes internos y elevar los estándares del sistema.

La distribución de los uniformes ha sido posible gracias al respaldo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que colaboró con la provisión de las prendas. El acto de entrega fue encabezado por autoridades del Ministerio de Justicia, entre ellas la directora de Reinserción Social, Rosalía González; el jefe del área laboral, Guido González; y la coordinadora departamental, Olga Ávalos.

Además, participó el interventor del penal, Jesús Pérez, quien destacó que el uniforme obligatorio se enmarca dentro de una política institucional más amplia que busca mejorar la seguridad y establecer reglas claras de convivencia en las nuevas penitenciarías.

Modelo de gestión carcelaria con enfoque integral

El uso de uniformes obligatorios forma parte del nuevo modelo penitenciario impulsado por el Estado, el cual plantea una gestión más ordenada, segura y orientada a la reinserción social. Según el Ministerio de Justicia, esta práctica permitirá además garantizar equidad entre los internos, evitando diferencias visibles de estatus económico o apariencia personal que puedan generar conflictos.

La medida ha sido presentada como parte de una estrategia integral que busca transformar la realidad de las cárceles paraguayas, muchas de las cuales enfrentan problemas estructurales como hacinamiento, falta de control y violencia interna.

Desde la institución resaltan que esta disposición responde también a la necesidad de establecer mecanismos de identificación rápida, especialmente en casos de evacuación, traslados o situaciones de emergencia. Asimismo, representa un paso hacia la adopción de estándares internacionales de administración carcelaria, tal como lo recomienda la ONU en materia de derechos humanos.

El Ministerio de Justicia enfatiza que la modernización de las penitenciarías no solo implica infraestructura, sino también reglamentaciones y prácticas que aseguren la convivencia y el respeto dentro del régimen de privación de libertad.

Si bien la medida se aplica por ahora únicamente en los penales de Minga Guazú y Emboscada, se espera que, una vez evaluados los resultados, la implementación pueda extenderse a otros centros penitenciarios del país. El uso de uniformes podría convertirse en una política de largo plazo que ayude a uniformar criterios de tratamiento y control dentro del sistema carcelario.

Fuente: ABC Color