Después de siete meses de frontera cerrada el pueblo fronterizo de Pedro Juan Caballero y Ponta Pora ya no soporta la presencia de los militares paraguayos que se encuentran agolpados en la zona para “controlar” el ingreso de brasileros al lado paraguayo, los ciudadanos organizados están retirando los alambrados y cubiertas que también fueron puestas para crear una barrera en el límite de ambas ciudades.

La crisis económica en el departamento de Amambay ya es un hecho debido a la falta de políticas económicas del gobierno que no avanza en la negociación bilateral con Brasil ara la reapertura de la frontera en ciudades gemelas.

En definitiva, la presencia de militares en la zona ya es en vano teniendo en cuenta que hacen la vista gorda de la circulación en frontera, además, siempre existió una circulación en menor escala ya que existen muchos paraguayos que trabajan en Ponta Pora y viceversa. Los empresarios del sector manifiestan que la ciudad empeoro de una manera sumamente acelerada con nulo movimiento de ventas, el quiebre de varios negocios y el despido masivo de colaboradores.