Fotografías y mensajes inéditos obtenidos de los teléfonos celulares del narcotraficante Anderson Lacerda Pereira, alias el Gordo, e informaciones de inteligencia de la Policía Federal y de la Policía Civil de San Pablo muestran la ostentación y lo cotidiano de los líderes del cartel. 

En las imágenes se lo observa llegando al aeropuerto Viru Viru, otra en un restaurante y otra a su hijo, junto a Renato Bustamante Junior, pupilo de Lacerda, preso hace un mes por tráfico de sustancias controladas.

Ayer, un trabajo del periodista Marcelo Godoy advertía que la dificultad de actuación de la Policía Federal (PF) y la localización geográfica central en América del Sur transformaron a Bolivia en el santuario del Narcosur, como los investigadores llaman al cartel que reúne representantes de la cúpula del Primer Comando de la Capital (PCC) y asociados en el tráfico internacional de drogas. 

El reporte:

Se denuncia que los peces gordos del negocio ilícito que llegan a territorio nacional, invierten en joyas, clínicas médicas, restaurantes, haciendas y pasean, junto a sus familias, con tranquilidad.

Oliveira quedó en libertad a finales de la gestión pasada y es nuevamente buscado por las autoridades brasileñas. Banderaintes asegura que los narcos cuentan con una red de protección que involucra a policías y militares bolivianos corruptos.

Al respecto, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, rechazó las publicaciones que surgieron en la víspera. “Esta información es completamente falsa, están utilizando para desvirtuar la investigación que hemos presentado (sobre planes de magnicidio), es una noticia totalmente falsa y esperemos que el gobierno brasileño lo aclare”, dijo a Bolivisión.

Las fotografías: