“Vamos a luchar para que el caso de mi hermana no se quede en el camino y los responsables paguen por lo que hicieron. Esto no traerá de regreso a mi hermana, pero no podemos dejar que otras niñas sigan muriendo”, dijo su hermano, el profesor Diego Ayala (35), en declaraciones publicadas en el portal Epoca de la red Globo.

Mencionó que, desde que se produjo el deceso,varios amigos acercaron documentos y pruebas,en torno al caso. Explicó que no hicieron ninguna denuncia cuando la joven se internó en el Hospital Regional de Ponta Porã (Brasil), porque pensaron que sus reacciones eran normales y no esperaban un final trágico.

Ella ingresó al nosocomio con dificultades para respirar, fiebre y manchas en la piel. Mediante una tomografía se comprobó que tenía una embolia pulmonar.

Informó que se sometió a una operación para agrandar los glúteos y una hipótesis es que parte del gel que se le aplicó llegó una vena y circuló por el torrente sanguíneo, según Patrick Derzi, secretario de salud municipal local.

En nuestro país, el caso está a cargo del fiscal Pablo Zorrilla, que investiga a Danilda Ruiz Díaz, dueña de la clínica clandestina. Ella está procesada por homicidio culposo, porque el año pasado ya había fallecido una paciente suya. Su audiencia preliminar por este caso anterior está prevista para el 20 de noviembre.

 Sheiza Ayala era de Ponta Porâ