Su desarrollo abarcará a las ciudades de Asunción, Luque, Mariano Roque Alonso y Encarnación, las que serán sedes de las diversas competencias deportivas en numerosas disciplinas que se pondrán en disputa durante los juegos.

Nos visitarán más de 6.000 atletas provenientes de los 14 países que conforman la Organización Deportiva Suramericana, ODESUR, que depende a su vez de la Organización Deportiva Panamericana, ODEPA. Y a pesar del enorme desafío que implica el tamaño de una competencia de esta naturaleza, el Gobierno Nacional, a través de la Secretaría Nacional de Deportes y el Comité Olímpico Paraguayo se hicieron a la tarea de organizarla.

Participarán los 14 Comités Olímpicos Nacionales que componen la ODESUR y sus atletas competirán en 53 disciplinas deportivas; de estas, 42 están previstas para los Juegos Olímpicos del 2024 a llevarse a cabo en la ciudad de París, Francia.

Se espera que lleguen unos 15.000 turistas al país, con motivo de estos juegos, los que colmarán hoteles y abarrotarán las calles de las ciudades sedes, especialmente en Asunción, y se ha informado que ya están reservadas todas las plazas que completan la capacidad hotelera nacional.

Un evento de esta envergadura es lo que le faltaba al país para mostrarse a la región y al mundo en momentos en que en los principales foros económicos estamos invitando a inversionistas a conocer de primera mano las oportunidades de inversión extranjera directa que ofrece el Paraguay, por lo que somos noticia en los principales medios de Latinoamérica.

Da la impresión de que los paraguayos no terminamos de asumir en toda su dimensión los beneficios que como Nación ofrecemos al mundo y especialmente a países de Sudamérica, últimamente plagado de gobiernos que adolecen de frágil estabilidad política y económica.

El clima político local, especialmente sacudido por la inusitada virulencia de la interna del partido de gobierno, exhibe sus trapos sucios en los espacios informativos y la agenda de la dirigencia transcurre a su propio ritmo y los decibeles suben de tono día tras día, sin considerar el impacto negativo que proyecta a los ojos extranjeros que están poniendo su mirada sobre nuestro país.

Los adversarios del gobierno deberían considerar sus acciones y moderarse, y los funcionarios y dirigentes gubernamentales deberían abocarse a tiempo completo a la organización de este evento. Por quince días seremos una vidriera abierta al mundo.

No existe nada más unificador de las voluntades populares que el deporte. Está por verse si este acontecimiento histórico puede llegar a unir la voluntad de la clase política y mostrar a propios y extraños que los intereses del país están por encima de los personales o sectoriales.

Que la mezquindad no empañe el horizonte de estos juegos, donde los jóvenes llegados desde todo el continente serán los verdaderos protagonistas.