Tras su intervención, miles de personas salieron de sus casas con la intención de abandonar el país. Además, las calles se llenaron de manifestantes en contra de la guerra y más de 1.300 personas fueron detenidas. Algunos de los arrestados estarían siendo obligados a alistarse a las filas del ejército ruso.
Visto el éxodo masivo y la respuesta de la sociedad civil, los leales a Putin empezaron a reclutar a indigentes que viven en la calle y a presos que cumplen condena en prisión. En este último grupo se encuentra Yegor Komarov, un asesino y caníbal sangriento.
Yegor Komarov, que acaba de unirse a los mercenarios rusos, estaba en la cárcel tras haber asesinado a sangre fría a dos personas. Además, confesó que había comido partes de los cadáveres para «probar cómo sabían». Fue cazado por un descuido ya que una de sus víctimas, sin cabeza y asesinada a puñaladas, cayó del vehículo.
Los hechos se produjeron en San Petesburgo, donde Komarov sufrió un accidente en una autopista al colisionar contra una valla y salirse de la carretera. Cuando llegaron los agentes de tráfico vieron el coche con numerosos daños y con el maletero abierto. En la carretera había un cadáver decapitado. Y dentro del maletero había mucha sangre y una pala. El cuerpo pertenecía a Arkad Kazyanin, de 50 años, un armenio residente en la mencionada localidad.
Vía: Telecinco.es
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