Según informes recientes, más de 600 templos y centros de culto fueron destruidos y muchos clérigos fueron secuestrados o asesinados. La región de Zaporizhzhia destaca como una de las más afectadas, con el 48% de los casos de persecución religiosa denunciados.

Las fuerzas de ocupación rusas en Ucrania han intensificado los ataques y la persecución contra las comunidades religiosas, especialmente las evangélicas, como parte de su estrategia de guerra, afirma un artículo de la revista Time .

Según informes recientes, más de 600 templos y centros de culto fueron destruidos y muchos clérigos fueron secuestrados o asesinados. La región de Zaporizhzhia destaca como una de las más afectadas, con el 48% de los casos de persecución religiosa denunciados.

Azat Azatyan, un cristiano evangélico acusado de ser un espía estadounidense, fue brutalmente torturado por las fuerzas rusas. La campaña de represión incluye intimidación, expropiación de iglesias y conversiones forzadas. El pentecostalismo, que tiene una presencia significativa en el país, ha sido un blanco especial. Las autoridades rusas en Nueva Kakhovka anunciaron que las iglesias con conexiones estadounidenses u occidentales “no tienen derecho a existir”.