Una persona entre la multitud, interrumpió la palabra al Monseñor Valenzuela para dirigirse al presidente y pedirle su compromiso a proteger el dinero de los jubilados, reclamando que hoy vienen a la misa pero luego el miércoles, en el parlamento, “volverán con las negociaciones bajo la mesa”.

Otros filigreses secundaron sus palabras, gritando a los políticos presentes el pedido de no tocar el dinero de los jubilados, mientras que el presidente y otras autoridades escuchaban incómodas y con tratando de disimular que estaban pasando por un momento un tanto vergonzoso. En una situación que para no demostrar seriedad, el presidente esbozó una sonrisa mirando a sus colaboradores que lo acompañaban.

Valenzuela también fue duro con autoridades

En la misma “Carta al pueblo Paraguayo”, Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, aprovechó que lo tenía cruzando miradas al presidente Peña y parte de su Gabinete de Ministros, para tocar el polémico proyecto de Ley que toca al fondo jubilatorio, recalcando que el mismo debe estar cerrado, ya que la preocupación es sobre la actuación de quienes lo usan para beneficios personales.

Recordó principalmente al Instituto de Previsión Social (IPS), quien tiene que ser al servicio de la población que necesita la salud garantizada con la esperanza de llegar a una jubilación en la vejez a la cual deberían disfrutar luego de tanto trabajo.

“Ese fondo jubilatorio debe permanecer cerrado para su único objetivo, asegurar una vida digna a los obreros y trabajadores después de tanto esfuerzo: Poder disfrutar de su propio aporte jubilatorio cuando le corresponda su retiro del mundo laboral”, mencionó Valenzuela.

Continuó diciendo, “ojalá sea el Estado el que cuide y vigile esos fondos reservados pensando en un futuro seguro y mejor de los ciudadanos que han aportado. Pero la máxima preocupación del pueblo es la corrupción y la impunidad, lacras que siguen carcomiendo los cimientos de la nación”, dijo el religioso.

El proyecto de Ley es considerado por una gran parte de los jubilados, como una caja de Pandora, que abrirá la puerta al “saqueo” de las diferentes cajas de jubilaciones, ya sean estas privadas o públicas y por ello la cada vez más ferbiente posición para evitar que prospere el proyecto.