Cuando finalmente lo eliminaron, la pistola de Gordo fue entregada a su viuda, Mirta Raquel López Benítez, quien desde anoche pasa a ser un objetivo de los investigadores ya que ahora deberá explicar cómo es que el arma de su difunto esposo terminó en poder de los sicarios que dispararon contra el intendente Acevedo.

La misma pistola Glock 17 fue disparada el año pasado en otro evento en el departamento de Guairá, por lo que también se anuncian relevantes procedimientos para hoy en este sentido, en el marco del operativo de identificación de los últimos poseedores del arma.

Para la Policía y la Fiscalía, será clave la viuda de Gordo, y a las otras personas sospechosas, en el departamento de Guairá, de modo a hacer la trazabilidad de la pistola y así saber quiénes pudieron haber atacado al intendente liberal.

Asesinato de Gordo y Sapo

El hecho sucedió sobre las calles Campeones del 65 y Cerro León, en el barrio San Blas a mediados de diciembre del 2017. Las víctimas fueron Fernando Javier Lezcano Giménez (36), alias Gordo ( dueño de la pistola identificada) y Óscar Marcial Franco (24), alias Sapo.

Ambos fueron atacados a balazos cuando se desplazaban en una camioneta Volkswagen, tipo Saveiro. Los sicarios iban en una Fiat tipo Strada.

En el lugar se encontraron: 19 vainillas percutidas, calibre nueve milímetros; una pistola del mismo calibre, con dos cargadores; celulares; dinero en efectivo, G. 662.000, además de los documentos de identidad de las víctimas.

“Gordo” ya había sido atacado por sicarios en febrero del 2016 a pocos metros de su vivienda, hoy allanada, ubicada sobre la Avenida José Berges, jurisdicción de la comisaría sexta del barrio General Genes.

Cuando llegaba a su vivienda, en esa ocasión, fue interceptado por sicarios a bordo de una motocicleta. El hombre había recibido un impacto de bala en el abdomen, pero logró salvarse de la muerte. /amambay570am.com.py/ con datos de abc/ cobertura allanamientos: Ronald Ledesma/