“Desde el 2012 que esta familia vive un calvario”, expresó la abogada Noemí Barreto, luego de presentar la solicitud de medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para su cliente Anderson Medina, quien fue herido por un policía gatillo fácil en Ciudad del Este.

Según la abogada, tanto Anderson como su familia siguen siendo hostigados por allegados al suboficial Narciso Cañete, quien fue condenado a 7 años de prisión por este hecho.

“Esta presentación tiene por objeto evitar daños irreparables a la vida, salud e integridad del joven Anderson Medina y su núcleo familiar ante hechos de amenaza, hostigamiento y violencia”, dice parte de la presentación.

En el documento se señala como el responsable al suboficial Cañete.

En el mismo se afirma que aún estando en prisión, Cañete sigue persiguiendo al joven y a su entorno.

Uno de los antecedentes señalados habría sucedido en el año 2017, cuando el joven instaló cámaras de seguridad en el local de venta de bebidas que atiende en la capital del Alto Paraná, luego de recibir amenazas telefónicas.

En la denuncia, afirman que los aparatos fueron robados de forma sistemática.

A pesar de que volvían a colocar las cámaras, estas eran nuevamente robadas. En total, desaparecieron 24 de estos aparatos, según se indica en el escrito.

Refieren también que en el 2018, su padre, Alberto Medina, fue víctima de un asalto en el local comercial que tiene en Ciudad del Este, cumpliéndose las amenazas que habían realizado de antemano.

El último suceso que cita la solicitud se habría registrado en febrero de este año, cuando Anderson se encontraba en la calle, en el barrio San Rafael de la mencionada ciudad, junto a su novia.

Sus abogados mencionan que en esa ocasión se acercaron a él dos hombres en una motocicleta, que se bajaron y fueron directamente a golpearlo en la cabeza y en otras partes del cuerpo. Esto le habría provocado una herida cortante en la ceja.

PERSECUCIÓN. La familia Medina también afirma a la Comisión Interamericana que son acosados por agentes policiales que fueron compañeros del hoy condenado.

Afirman que cada vez que la familia sale de la casa son supuestamente víctimas de malos tratos en controles policiales.

Refieren que los agentes ya tienen identificados los vehículos, tanto de Anderson como de su padre, y que son perseguidos, supuestamente, de forma sistemática, cada vez que salen de su hogar para ir a algún sitio.

Barreto explicó que, a raíz de este hecho, Anderson incluso está pensando abandonar el país.

secuelas. El joven quedó con serios problemas de movilidad luego de recibir un balazo en la espalda, durante un control policial.

Después de una ardua investigación, el suboficial Narciso Cañete fue condenado en el caso, en dos instancias. Está detenido en la sede de la Agrupación Especializada desde el año 2017.

Otras víctimas

Así como Anderson, otras personas fueron víctimas del abuso de agentes policiales. Uno de ellos es Richart Pereira, que fue herido en circunstancias similares en el año 2016, dejándolo en silla de ruedas. Actualmente realiza polladas para seguir con su tratamiento, ya que la Policía le sacó el apoyo económico. Uno de los casos más recientes involucró a un niño de seis años, que recibió un disparo en medio de una barrera policial. Lucas iba en el asiento trasero del vehículo conducido por su padre. Ocurrió en junio del año pasado.