En Zacatecas, una decena de cuerpos abandonados frente al Palacio de Gobierno este jueves provocó un enorme impacto mediático, en un estado que acumula 37 muertos tan sólo en los primeros seis días del año.

El estado, tradicional expulsión de migrantes hacia Estados Unidos, concluyó el 2021 con más de 1.600 asesinatos, y se considera uno de los principales focos rojos en el mapa de la violencia rampante que castiga a este país.

La mañana de este viernes, a un costado de la autopista que une a las localidades de Cosoleacaque con La Tinaja, en Veracruz, se realizó el espeluznante hallazgo de 9 cuerpos con huellas de violencia.

Automovilistas asombrados por la espantosa escena alertaron vía telefónica a la policía sobre estos cuerpos apilados, siete de hombres y dos mujeres, con los cuerpos totalmente desnudos y rastros visibles de tortura.

Junto a los cuerpos se encontraba una cartulina firmada por un grupo delincuencial que opera en la zona sur del estado en la cual se acusa al vicegobernador de Veracruz Eric Cisneros de apoyar a una banda rival.

En Tijuana, estado de Baja California, frontera con Estados Unidos, desconocidos lanzaron granadas contra una sede de la Fiscalía General y la explosión de uno de los artefactos incendió un vehículo oficial.

En el sitio fue colocada una pancarta atribuida al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el más poderoso del país, con un mensaje dirigido al fiscal Hiram Sánchez, al que acusaron de apoyar al Cártel de Sinaloa.

Ambas organizaciones mantienen una encarnizada disputa en esta ciudad estratégica para el tráfico de drogas y personas, que comunica el noroeste de México con el estado de California. Las autoridades detuvieron a dos personas relacionadas con este atentado y una de ellas habría confesado pertenecer al CJNG, según fuentes citadas por la prensa local.

Desde fines de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó su controvertida cruzada contra los llamados “cárteles”, con apoyo de las Fuerzas Armadas, se contabilizan al menos 335.000 muertos y unos 92.000 desparecidos, así como alrededor de 356.000 desplazados internos.

El pasado 23 de noviembre, un día antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador llegara a Zacatecas para anunciar un Plan de Apoyo para frenar la inseguridad se reportaron ocho cadáveres abandonados en tres áreas distintas del estado.

Entre los lugares donde se registraron estos macabros hallazgos figura Fresnillo, el municipio con mayor percepción de inseguridad en todo el país (94,3%), de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Cinco días antes, en el municipio de Cuauhtémoc, en los límites con el estado de Aguascalientes, aparecieron una decena de cuerpos pendiendo del puente del Orito.

Desde la mitad del 2020, Zacatecas se ha convertido en arena de disputa entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG, por dominar una zona clave para el contrabando de droga hacia el sur de Estados Unidos.

Luis Cresencio Sandoval, ministro de la Defensa Nacional, informó el despliegue inmediato en Zacatecas de 1.954 elementos del Ejército, así como 1.644 integrantes de la Guardia Nacional y tres helicópteros artillados para frenar esta avalancha sangrienta.

López Obrador proclamó que la violencia va en descenso, al menos en lo que se refiere a los homicidios violentos, al cerrar 2021 (que coincide con su tercer año en el poder) con 32.967, contra 36.579 del 2020, es decir, una caída del 10%.

Sin embargo, la cifra es mucho más alta que en el mismo año en que gobernó su antecesor, Enrique Peña, en 2017 (24.559) y mayor todavía que la correspondiente a Felipe Calderón, en 2008 (27.213), de acuerdo con los registros oficiales.

Fuente: Ansa Latina