Es un secreto a voces que, pese a que forman parte de partidos políticos distintos –y antagónicos– Hugo Velázquez y Manuel Trinidad siempre se entendieron de maravillas. Tan es así que, en tiempos actuales, bajo el gobierno del presidente Mario Abdo, empresas vinculadas a Trinidad (Falcon Group SA) ganaban casi todas las licitaciones más “jugosas” en la Itaipu Binacional, facturando millones de dólares en cada negocio.

Informaciones periodísticas dan cuenta que este año, en un solo mes, Falcon se adjudicó G. 14.567 millones para limpiar escuelas, asear edificios de la hidroeléctrica y tareas de jardinería. La empresa que el diputado liberal Trinidad dijo haber vendido en el 2018 está manejada por un círculo al que tiene vínculos muy particulares. Según documentos, los accionistas actuales de Falcon Group son Artemio Ramón Alonso y su pareja Carolina Ortiz Cabrera, además de una persona de nombre César Mareco Domínguez.

Carolina es hija de Juan de Dios Ortiz, quien era un viejo conocido del diputado, que en la década de los 2000, cuando Trinidad todavía era un cuestionado fiscal en Ciudad del Este, lo imputó por intento de secuestro y asesinato de dos empresarios y estuvo de acuerdo, ante el juez, de beneficiarlo con el arresto domiciliario durante el proceso penal. En aquella ocasión, un informe médico de la forense Ninfa Vera, precisamente esposa de Juan Carlos “Charly” Duarte, facilitó la medida alternativa a la prisión para que Juan de Dios cumpla su “castigo” en casa. Así también, la hija del quien fuera el imputado por Trinidad por un plan de secuestro, hoy accionista de Falcon Group, ostenta afinidad con la familia del diputado. En redes sociales la fiscal Natalia Montanía (esposa de Trinidad) y Carolina enseñan su amistad y sus buenos deseos en los momentos especiales.

ALIANZA FUNESTA

De acuerdo a los datos, esta funesta “alianza” comenzó en los tiempos en que Hugo Velázquez era fiscal adjunto, su amigo Juan Carlos “Charly” Duarte era fiscal y Manuel Trinidad se desempeñaba como juez, luego de haber pasado también por la Fiscalía. Posteriormente, siguieron el mismo camino, convirtiéndose en parlamentarios, aunque en circunstancias diferentes. Velázquez ingresó de manera más o menos “limpia” a Diputados, desde el año 2008, en tanto Trinidad seguía como juez de Alto Paraná hasta el 2014, año en que fue obligado a renunciar, ante la existencia de investigaciones en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), que indefectiblemente habrían llevado a su destitución y procesamiento penal.

Recordemos que la Corte Suprema de Justicia había iniciado una investigación en su contra y, al encontrar irregularidades en el actuar de Trinidad Colmán, envió los antecedentes al JEM. Había sospechas en su contra por liberar a presuntos narcotraficantes y cargamentos de dudosa procedencia (contrabando y piratería). Tras estar su caso cajoneado por varios años, la causa finalmente corrió en julio de 2014, pero Trinidad, alertado por sus “amigos” de que ya no había nada que hacer, decidió presentar renuncia a su cargo de juez, con lo cual acabaron la investigaciones.

De la mano de la senadora liberal Zulma Gómez (+), Trinidad obtuvo una banca en la Cámara de Diputados en el año 2018, cargo en el cual ahora está buscando el rekutu. Es un secreto a voces entre los liberales de Alto Paraná que Trinidad Colmán pagó una elevada suma de dinero, a cambio de una ubicación privilegiada en la lista para la diputación, se podría decir que prácticamente “compró” un curul en el Parlamento, algo que incluso había sido confirmado por la propia Zulma Gómez, en varias oportunidades, en reuniones políticas y con personas allegadas.

UNO DE LOS MÁS INFLUYENTES

Hoy día, el diputado Manuel Trinidad es uno de los más influyentes en Alto Paraná. Fuentes fidedignas aseguran que el mismo logró, por ejemplo, darle protección durante años a Mario Noguera, exintendente de Juan León Mallorquín y autor de millonarios negociados al frente de dicha comuna. Sin embargo, esa protección no resulta “gratis”; a cambio los intendentes liberales, de la línea llanista, que en su mayoría son severamente cuestionados en sus gestiones, deben rendir pleitesía y operar a favor del diputado, para que éste pueda asegurarse el rekutu en el cargo y seguir brindándoles protección desde el Parlamento.

En abril del 2019, Trinidad pretendía expandir aún más su poder e influencia, al ser propuesto a integrar el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, como representante de Diputados. Sin embargo, una ola de protestas y repudio, principalmente de gremios de abogados del Alto Paraná, le obligaron a renunciar a tal pretensión. El mismo amenazó con iniciar acciones legales contra los que lo “calumniaron”, sin embargo, jamás presentó acción alguna.

UN BUEN PASAR, PERO SIEMPRE EN LA POLÉMICA

Aunque siempre niega que sea “millonario”, Manuel Trinidad Colmán hace alarde de una vida de lujos y envidiable bienestar económico. Además de diversos inmuebles, vehículos de lujo y cuentas bancarias forradas, hasta sería dueño de una estancia en la zona de Corpus Christi, departamento de Canindeyú, según fuentes fidedignas. El mismo es considerado uno de los políticos más adinerados de la zona, superando inclusive a Javier Zacarías, de acuerdo con los datos.

El escándalo más reciente que involucra al diputado Trinidad es el lanzamiento al mercado financiero de cheques de diversas entidades bancarias, con cuentas canceladas, de parte de políticos hernandarienses, apadrinados presuntamente por el parlamentario. Aunque dice no tener “nada que ver” en el tema e incluso amenaza con querellas a los medios que publican sobre el caso, llamativamente, para “solucionar” las deudas de los políticos Érico Agüero y Carlos Bergottini, el diputado Manuel Trinidad Colmán habría ofrecido su inmueble ubicado en el Paraná Country Club de Hernandarias, que tendría un valor de USD 90 mil.